Inspeccione las líneas de suministro de combustible, las líneas de retorno, los filtros y los accesorios en busca de fugas. Revise las secciones flexibles en busca de cortes, grietas y abrasiones, y asegúrese de que no estén rozando con nada que pueda causar roturas.
Asegúrate de que no haya aire en el sistema de combustible. Este es un problema común con los generadores más nuevos que no funcionan regularmente. Las tolerancias más estrictas dentro de los sistemas de combustible para cumplir con los requisitos de emisión actuales hacen que los sistemas de combustible sean más susceptibles a que el aire afecte al arranque.
El combustible diesel es intrínsecamente inestable y esta inestabilidad hace que los combustibles diesel formen lodo y/o partículas orgánicas insolubles. Tanto los compuestos de asfalteno (lodo) como las partículas pueden contribuir a la acumulación en los inyectores y las partículas pueden obstruir los filtros de combustible, además de agravar los problemas de servicio comunes a los motores diesel. Cambie los filtros de combustible cada 200 a 250 horas, dependiendo de las condiciones ambientales y de la limpieza del combustible. Como mínimo, cambie el filtro anualmente.
Utilice un sistema de acondicionamiento o limpieza del gasóleo. Estos sistemas de limpieza y recirculación están disponibles en Gregory Poole. Estos sistemas suelen utilizar procesos de separación multietapa bien conocidos, incluidos los principios de coalescencia y/o centrifugación para limpiar grandes volúmenes de combustible.
Asegúrese de que los indicadores mecánicos del nivel de combustible funcionan correctamente.
Compruebe el funcionamiento de las alarmas de nivel de combustible.
Asegúrese de tener un proveedor de combustible de confianza y de buena reputación, en particular uno que reciba su combustible lo más cerca posible del oleoducto.
